Araña Vagabunda

Eratigena agrestis

La araña vagabunda es una especie perteneciente a la familia Agelenidae y al género Eratigena en algunas clasificaciones taxonómicas, aunque formalmente se le considera del género Tegenaria.

Anatomía

Son arañas de patas largas y peludas que por lo general son de un color uniforme que incluye variaciones de marrones. El cefalotórax y el abdomen presentan coloraciones más oscuras con distribución irregular. Una forma de V con la abertura apuntando hacia la cabeza puede notarse en su parte abdominal, mientras la parte de abajo es de tono amarillento. Los machos presentan la punta de los pedipalpos agrandados, lo que ayuda a diferenciarlos sexualmente.

Su tamaño es de de 6 a 18 mm de longitud, siendo las hembras de mayor tamaño que los machos.

Los pelos de este tipo de araña son excelentes detectores de presas y de feromonas producidas por las hembras. Son capaces de percibir cambios de presión en el aire y sentir vibraciones.

Distribución y hábitat

Realmente son nativas de la parte de Europa occidental, pero debido al transporte se introdujeron accidentalmente a los Estados Unidos y suroeste de Canadá durante la década de los años 1920s.

El hábitat de las especies europeas es al aire libre generalmente y no permanecen cerca de los seres humanos. En cambio, las arañas vagabundas de América prefieren lugares dentro de los hogares, en patios o jardines.

Información sobre la araña vagabunda.
Araña vagabunda – Tegenaria agrestis / Autor de la imagen: Judgeking

Alimentación

Aunque su forma de alimentación no ha sido muy estudiada a profundidad, se dice que los insectos forman parte del mayor porcentaje de su dieta.

Construyen sus telarañas en forma de embudo y acechan a sus presas dentro de la cavidad de este.

Agresividad y veneno

Su mordedura provoca serios daños en el tejido, irritación y formación de ampollas.

Específicamente estas arañas se han caracterizado por ser consideradas unas de las más agresivas, pero cuando no son molestadas suelen ser criaturas solitarias y tímidas que buscan escondites alejados y oscuros.

Solo muerden ante provocaciones y la magnitud del daño que ocasiona su mordida no ha sido muy bien analizada, desconociendo la totalidad de los síntomas y reacciones generales. Lo que sí se conoce es que desde que nacen son capaces de inyectar veneno, siendo los machos quienes posen tal sustancia a un nivel más tóxico comparado con las hembras.

Aunque no se han reportado casos mortales originados por mordeduras de arañas vagabundas, su ataque requiere de pronta atención médica, ya que provoca serios daños en el tejido, irritación y formación de ampollas que podrían tardar mucho tiempo en sanar o dejar cicatrices de por vida.

Reproducción

Entre los meses de verano y otoño inicia la temporada reproductiva de la araña vagabunda.

Los machos utilizan sus pedipalpos para insertar el esperma en la hembra y llevar a cabo la fertilización. Un hecho muy peculiar, es que ellos mueren poco tiempo después del apareamiento y las hembras mueren en breve a la puesta de huevos.

Los huevos son protegidos dentro de bolas de seda que la misma madre fabrica. Cada saco de seda, que pueden ser de uno a cuatro, contiene hasta 100 huevos y la madre, a diferencia de otras arañas, no le dedica el cuidado protector para evitar el acercamiento de depredadores. Una vez que están envueltas y en un lugar seguro, ella se aleja para nunca más volver.

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